25/9/15

NIEVE JAPONESA

PAÍS DE NIEVE


YASUNARI KAWABATA

Título original: Yukiguni, 1948
Editorial Emecé, 2003

Primera novela escrita por Yasunari Kawabata,  que comenzó a escribirla en 1935 y, después de descartar diversos finales y publicarla de forma fragmentaria durante los dos años siguientes, publicó la versión definitiva en 1948.
El título de esta novela corta ya revela que el protagonismo lo tiene la propia nieve, la naturaleza en plena efervescencia, que ejerce un fortísimo papel; la vida natural y las gentes que conviven con un clima tan duro. En el Japón de principios de siglo, situada la acción en la prefectura de Niigata, región de gélido clima y nieves casi perpetuas. Situada al pie de las montañas, en la cara norte, esta región de la isla de Honshu recibe gran cantidad de nieve durante el invierno debido a los vientos helados que bajan de Siberia a través del Mar del Japón, que acumulan humedad sobre el mar y la dejan caer en forma de nieve cuando se encuentran con las montañas del Japón. Es la región japonesa donde más nieva: desde diciembre hasta mayo los caminos están cerrados, sólo funcionan los ferrocarriles y la nieve llega a alcanzar los cuatro metros. La novela transmite la atmósfera de frío y soledad sugerida por el título.
Compartiendo protagonismo con Komako, la ardiente mujer que ocupa el centro de atención de la narración, mientras que Shimamura, el personaje masculino, queda más en la sombra, casi oculto tras el paisaje, con quien comparte frialdad. Un tercer personaje, lleno de misterio pero que juega un papel en la relación entre los dos anteriores, es la joven Yoko, cuyas apariciones siempre son momentáneas y fugaces.
La vida de Komako, una geisha de montaña, (que, a diferencia de las geishas de ciudad, apenas se distingue de una prostituta)  se ve alterada por el encuentro con Shimamura, un hombre de posición acomodada, con esposa e hijos en Tokio, que gusta de pasar algunas temporadas en las montañas nevadas y tomando unas aguas termales de la zona. A Shimamura, por el contrario, lo único que parece impresionarle fuertemente es el paisaje, las montañas nevadas, la naturaleza en estado casi salvaje, llena de lirismo y poesía. No acaba de comprender a Komako, y en cada encuentro (Shimamura va y viene, mientras que ella permanece) la relación parece adquirir una fuerza mayor por parte de Komako, mientras que él se mantiene distante y frío, y lo único que le llama la atención es la presencia volátil de Yoko, casi como una de las polillas de vida fugaz que se estrellan contra la lámpara.  La pasión de Komako crece y se agiganta, sufriendo por las ausencias y la frialdad de su amante. El autor se inspiró para este personaje femenino en alguien real, una Geisha que el autor conoció.
El autor cuenta la historia de modo sutil, elegante, intercalando siempre un clima no solo físico sino psicológico, un paisaje que se entrelaza con las vidas de los personajes, el sonido de la lluvia, el vuelo de las polillas, las libélulas, el lento caer de la nieve, el rumor del viento, el frío invernal, las luces y sombras…todo ello crea una atmósfera especial, anímica y emotiva. En el prólogo se destaca el capítulo dedicado a la seda Chijimi, trabajada por jóvenes vírgenes en oscuros sótanos al rojo vivo para luego poner a secar en la nieve un día y una noche enteros, cuando adoptará el blanco prístino que la convertirá en la seda ideal para kimonos de verano, porque su delicadísimo hilado “conserva el espíritu de la nieve”).
La relación entre Komako y Shimamura no tiene futuro; si bien al conocerse tratan de marcar distancias y ella aún es una joven aspirante a geisha, en los siguientes encuentros, muy espaciados a lo largo de los años, Komako se ha convertido en una geisha y dedica su vida a esa profesión, además de mantener otras relaciones con  personas a las que se siente obligada moralmente. La relación con Yoko es imprecisa y oscura, por un lado celosa y por otro agradecida.  Shimamura es un bloque de hielo que solo en algunos momentos se funde ante el ardor de Komako, pero ella sabe que finalmente él ha de marchar.
Narración muy elegante y poética, llena de simbolismos. En el prólogo se explica que en 1937, Kawabata había dado un cierre abierto a la novela, dándola por terminada, pero al parecer el público le presionó para continuarla. Después de desechar diversos finales Kawabata sorprendió a todos en 1947, escribiendo un capítulo adicional a la novela y permitiendo que el texto completo se publicara en forma de libro.
Yasunari Kawabata (Osaka, 1899- ibíd.., 1972) Huérfano a los tres años, insomne perpetuo, cineasta en su juventud, lector voraz tanto de los clásicos como de las vanguardias europeas, fue un solitario empedernido. Escribió más de doce mil páginas de novelas, cuentos y artículos, y es uno de los escritores japoneses más populares dentro y fuera de su país. Mantuvo una profunda amistad con el escritor Yukio Mishima, del que fue su mentor y difusor. Recibió el Premio Nobel de Literatura en el año 1968. Entre sus obras, muchas de ellas marcadas por la soledad y el erotismo, destacan La bailarina de IzuEl maestro de GoLo bello y lo triste (Emecé, 2001), Mil grullas (Emecé, 2005), País de nieve (Emecé, 2007), El rumor de la montaña (Emecé, 2007) e Historias de la palma de la mano (Emecé, 2008). Kawabata se suicidó a los setenta y dos años.




Fuensanta Niñirola

Septiembre 2015

23/9/15

DURMIENDO PARA EL AMOR

LA CASA DE LAS BELLAS DURMIENTES


YASUNARI KAWABATA
Título original: Nemureru bijo, 1961
Editorial Emece, 2013


Este libro se compone de tres narraciones breves: la primera da título al libro, la segunda se titula Un Brazo, y la tercera, Sobre pájaros y animales. Todas ellas representan una reflexión sobre el erotismo y la soledad, Eros y Thanathos.
El segundo relato, Un brazo, es una brevísima narración de carácter surrealista, en la que un hombre acepta por una noche llevarse el brazo de una joven amiga. La presencia de ese brazo femenino altera la imaginación y las sensaciones del hombre, que finalmente acaba por desear que ese brazo sustituya al suyo.
El tercer relato, también breve, Sobre pájaros y animales, se explaya con un personaje que prefiere la presencia de los animales a la humana. Este personaje podría trasplantarse a cualquier otro país: existen personas así, solitarios que rehúyen a los humanos por temor a sentirse agredidos o dañados, por temor a implicarse demasiado en ellos, y confían mucho más en los animales con los que conviven, a los que cuidan y de los que reciben a veces miradas que suponen de cariño y agradecimiento.
El primer relato es el más largo y el más interesante, por la originalidad y lo llamativo de su planteamiento: La casa de las bellas durmientes aborda temas como la muerte, la vejez, la belleza, el sexo, la nostalgia de la juventud perdida y el paso del tiempo. Los clientes de esta “posada” tan especial, una casa secreta gobernada por una mujer ordinaria de mediana edad. El protagonista, Eguchi, de sesenta y siete años, pasa varias noches junto a los cuerpos de jóvenes vírgenes narcotizadas. A la vez que admira el esplendor de sus cuerpos dormidos, deja volar su imaginación, entre la realidad y el deseo, la vigilia y el sueño; da rienda suelta a su sensualidad, aún no del todo senil; pasa revista a las relaciones que ha mantenido con las mujeres:  madre, esposa, hijas,  amantes, … y a la vez se imagina transgrediendo la normas del local, a saber: no mantener relaciones sexuales con éstas, no despertarlas y no estar más de un día con la misma mujer, todas siempre dormidas al estar fuertemente narcotizadas por la dueña del local.
Esta obra es una de las más sensuales del autor, describiendo el cuerpo de las jóvenes al detalle y con cierto morbo. Como siempre en Kawabata, la naturaleza está presente: el ruido del viento, la lluvia, el mar, la enumeración de plantas, flores y árboles; simbolizando el amor, la soledad y la muerte.  Estas deliciosas jóvenes parecen insuflar parte de su juventud a los ancianos que comparten sueño con ellas, aspirando su fragancia y sintiendo el calor de sus suaves e indolentes cuerpos, ajenos a la fealdad y la vejez de los clientes, que se sienten menos cohibidos a mostrar su desnudez por el profundo sueño en que las jóvenes están sumidas. Los clientes se sienten rejuvenecer pasando una noche junto a ellas, alejando de sí por momentos el espectro de la cercana muerte. Y más que sexualidad, lo que despiertan en Eguchi son sus sentidos, la sensualidad de pequeños detalles como un pliegue de la piel, el olor de una cabellera o el brillo de los labios entreabiertos, la posición de su cuerpo dormido, las delicadas formas de sus manos o pies, la curvatura de una cadera o la redondez de un pecho. Estas imágenes encienden sus recuerdos de nostalgia y liberan ocultas fantasías. Igualmente despiertan ciertos deseos transgresores, incluso violentos, que son finalmente aplacados por el sueño.
Si buscamos en la mitología clásica griega, encontramos mitos como el de Eros y Psique o el de Endimión y Selene, que tienen una cierta semejanza, al menos en su idea central, la de una relación sensual durante el sueño. No sé si en las leyendas japonesas hay alguna que se parezca a éstas, pero lo cierto es que la historia es muy bella y sugerente, aunque no carece de un lado fuertemente dramático.

Yasunari Kawabata (Osaka, 1899- ibíd.., 1972) Huérfano a los tres años, insomne perpetuo, cineasta en su juventud, lector voraz tanto de los clásicos como de las vanguardias europeas, fue un solitario empedernido. Escribió más de doce mil páginas de novelas, cuentos y artículos, y es uno de los escritores japoneses más populares dentro y fuera de su país. Mantuvo una profunda amistad con el escritor Yukio Mishima, del que fue su mentor y difusor. Recibió el Premio Nobel de Literatura en el año 1968. Entre sus obras, muchas de ellas marcadas por la soledad y el erotismo, destacan La bailarina de IzuEl maestro de GoLo bello y lo triste (Emecé, 2001), Mil grullas (Emecé, 2005), País de nieve (Emecé, 2007), El rumor de la montaña (Emecé, 2007) e Historias de la palma de la mano (Emecé, 2008). Kawabata se suicidó a los setenta y dos años.


Fuensanta Niñirola 
Septiembre 2015






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