12/4/14

EL PRIMER CIUDADANO DE ROMA

P R I N C E P S
El primer ciudadano de Roma
GABRIEL CASTELLÓ
Good Books, 2014


Tercera parte de la trilogía romana que gira en torno a la familia hispanorromana de los Antonio, personajes de ficción que el autor engarza con los históricos y que sirven de motivo para recrear las guerras civiles que asolaron tantos años la República de Roma, desde la rebelión hispana de Sertorio, pasando por las luchas entre Pompeyo el Grande y César para desembocar en el Imperio con Augusto.

La novela, que se puede leer perfectamente de modo independiente, continúa narrando los movimientos de Aulo Afranio y Lucio Antonio Naso, primos, que se reencuentran al comienzo de la novela tras la huida y dispersión desde el desastre de Munda. Un nuevo personaje, Sexto Pompeyo, el segundo hijo de Pompeyo el Grande, recoge el testigo dejado por la muerte de su hermano y lidera la rebelión contra el nuevo triunvirato (Marco Antonio, Octavio y Lépido), pero lo hace principalmente desde el mar, espacio que domina con su flota y que le hace ser conocido como "el hijo de Neptuno". Los primos hispanos se adhieren al ejército de Sexto, continuando su Devotio a la causa pompeyana, y la narración alterna episodios en los que tanto Aulo como Naso participan, con otros movimientos y batallas de las terribles guerras protagonizadas por Octavio, Marco Antonio, Cleopatra, Agripa y otros generales.

Gabriel Castelló recrea momentos históricos de una manera casi cinematográfica, comenzando con la apoteósica muerte de Julio César, a la vez que nos refresca la memoria sobre esos cruentos años que desembocaron en la larga pax romana con el Imperio de Augusto. Comienza y acaba la novela con los Antonios, cerrando el círculo con esta familia, ligada a la producción y comercio de vinos, con base en el puerto de Dianium (Denia) y procedentes de la antigua Valentia, cuyos ancestros contribuyeron a su primer establecimiento como ciudad y años después sus descendientes vuelven a reedificarla de sus cenizas, cual ave fénix . Los dos personajes de ficción son un tanto relegados a un plano secundario, si lo comparamos con las anteriores novelas, concretamente con Devotio. 

El autor prefiere seguir mostrándonos el panorama político y bélico de esos años previos al advenimiento del Imperio, y desarrollar mucho más las figuras de Sexto Pompeyo, Octavio, Marco Antonio y Cleopatra. Su visión de ellos se distancia un tanto de las clásicas interpretaciones del teatro y del cine a las que muchos podemos estar habituados, aunque algunos fragmentos están abiertamente inspirados tanto en uno como en otro, si bien solo en algunos tramos puntuales de la narración. Sin embargo, todo lo referido a la revuelta de Sexto Pompeyo, o a las desastrosas campañas de Marco Antonio en Oriente, se nos presenta como más novedoso, ignorado por las interpretaciones tradicionales en literatura, o posicionado de modo distinto al habitual. La maraña de intrigas que se desarrollan desde el comienzo con el asesinato de Julio César hasta la muertes de Antonio y Cleopatra sumerge al lector en el mundo político romano, las relaciones de poder y las fuerzas que se movían para apoyar decisiones bélicas.

Las andanzas del segundo hijo de Pompeyo nos son mostradas desde su campo, que es el de Aulo y Naso, puesto que ambos primos son amigos y seguidores de Sexto...hasta su deserción final. Después, las circunstancias colocan a Aulo Afranio y a Antonio Naso en bandos opuestos, uno con Octavio y otro con Marco Antonio. Esto le sirve al autor para mostrarnos los distintos puntos vista de cada facción. 
La descripción de las batallas es acertada, tanto la de Philippi, contra Bruto y los asesinos de César , como Actium, entre Octavio y Antonio, o la de  Naulochus, en la que la causa de Pompeyo sufre una derrota aplastante. Agripa se desvela como un magnífico general y la idea de aportar nuevas máquinas de guerra e instalarlas en las naves es uno de los factores que deciden el curso de la batalla y la guerra. Tenemos, pues, batallas navales, batallas terrestres, movimientos de tropas en Asia Menor, en Sicilia, Egipto, Grecia ...todas las riberas del Mediterráneo, salvo la magrebí, son escenarios donde hay acción en esta historia.

Así, comenzando con el asesinato de César y siguiendo con las múltiples batallas posteriores, las intrigas por el poder, las deserciones y traiciones en uno y otro bando, y la permanente insidia de Cleopatra, más amante del poder que de los hombres, todo ello nos pinta un fresco histórico con los principales acontecimientos que finalmente acabaron con la maltrecha república y derivaron en el poder imperial. 
En una primera parte el triunvirato ha de manejarse en dos frentes: el oriental contra Bruto y su facción, y el occidental contra Sexto Pompeyo, principalmente en el mar. Después empiezan a haber cambios de bando entre generales y tropa, algunos de ida y vuelta. Resueltos ambos frentes, con Lepido fuera de escena, la tensión entre Octavio y Antonio, que ha desposado a la hermana de aquel, mientras mantiene la tórrida relación con Cleopatra, les va enfrentando poco a poco. Mientras Antonio acumula fracasos en Partia y Media, Octavio va reforzando su posición en Roma y madurando la toma del poder.
Podríamos  decir que en esta obra predomina la historia novelada sobre la ficción novelesca puramente, si bien es cierto que muchos hechos están recreados uniendo diversas interpretaciones o relatos clásicos. Y múltiples escenas son imaginadas o recreadas por Castelló para dar color y sabor a la vida cotidiana: la vida en los campamentos romanos, o en las naves, las largas marchas a través de Siria, las comidas, las fiestas o bacanales, el sexo y la violencia de la guerra. Pero sobre todo, lo que el autor ha tratado y conseguido es dar una visión global en la que los distintos puntos de vista se comprendan, y el lector los viva como un personaje más.





Gabriel Castelló Alonso (1972) actualmente es ejecutivo de ventas en una empresa líder del sector de las telecomunicaciones. Desde su infancia ha cultivado una gran afición a la Historia antigua de su Valencia natal, con especial foco en la época ibera y romana. Investigador y articulista de divulgación en medios digitales orientados a la recreación histórica y las curiosidades de nuestro pasado remoto, ha impartido cursos de Escritura Creativa en la Universidad de Valencia y colaborado en medios divulgativos y publicaciones como “Nunca me aprendí la lista de los Reyes Godos” y el portal "Historias de la Historia" de Javier Sanz o la revista “Stilus” de la Asociación Hispania Romana. Con la edición de su primera novela, “Valentia, Las memorias de Cayo Antonio Naso”, en 2008 con la editorial Akrón (que la calificó como mejor novela 2009), Gabriel Castelló entró con brío en el mundo de la ficción histórica sumergiéndonos en la turbulenta Hispania de Quinto Sertorio. Tras ésta llegó "Devotio, los enemigos de César", publicada en formato digital por BdeBooks en el 2012 y en papel por Good Books en 2013, en una nueva entrega de aventuras y desventuras en la Hispania romana.  Ahora se cierra la trilogía con “Princeps”.


Ariodante


9/4/14

MELVILLE DE VIAJE

V I A J A R




HERMAN MELVILLE

Trad.: Elisabeth Falomir

Editorial Gadir, 2011


Componen este agradable librito tres conferencias/ ensayos dictadas por Melville y cuyo nexo de unión es la idea del viaje. Herman Melville (Nueva York,1819–1891), además de novela y cuento escribió ensayo y poesía. Pero el autor de Bartleby el escribiente ademas de escribir, viajó mucho, y por lugares muy distantes y exóticos. Entre 1838 y 1844 realizó diversos viajes por el Pacífico sur, recalando en islas polinesias, donde permaneció largas temporadas. En 1849 viajó a Europa. Y es sobre todo ello de lo que, con perfecto conocimiento de causa, Melville nos habla en estos textos, destilando un sentido del humor envidiable, para un hombre a quién el público no trato demasiado bien.

En un primer texto, nos introduce a la noción de viaje, describiendo la disposición de ánimo que debe tener el viajero si no quiere que se le amargue la excursión. El viaje amplia nuestro universo, no sólo culturalmente sino que nos hace conocer otras gentes, otras costumbres, otros países, derribando falsas ideas preconcebidas al conocer las cosas in situ y directamente. Claro que para eso hay que tener una amplitud de miras y no ser demasiado rígido en nuestras convicciones. Por otra parte, viajar implica tanto placer como molestias (y pasa a dar una serie de ejemplos) ya que nunca es lo mismo que en nuestra casa. Y acaba con un párrafo feliz: "Para un inválido, cambiar de habitación ya es un viaje, es decir, un cambio. Descubrir horizontes, explorar nuevas ideas, romper con viejos prejuicios, abrir el corazón y el espíritu; tales son los verdaderos frutos de un viaje correctamente realizado."
 
El segundo texto del libro entra ya en un campo más concreto, un espacio muy conocido y recorrido durante años por el autor, los Mares del Sur. ¿Por qué Mares del Sur cuando en realidad se refieren al Océano Pacífico? La explicación que da Melville sobre esta denominación es que proviene del propio Núñez de Balboa, que, al encontrarse con la tal inmensidad acuática lo hizo desde la península de Darien, que, si uno tiene la curiosidad de mirarlo en un mapa, está orientada directamente al Sur. Nada sabía Balboa de la extensión de aquel nuevo mar, sólo que estaba mirando al Sur. Mar del Sur, pues.
Posteriormente fue Magallanes el que, tras sufrir lo indecible para cruzar el estrecho que quedaría para siempre con su nombre, llega a unas aguas tranquilas y apacibles, que conforme subía hacia el norte se iban volviendo cálidas y acogedoras. ¿Cómo iba a denominar ese inmenso océano que le proporcionaba el sosiego perdido en unas horas terribles? Pacífico, pues.
Uno de los marinos que más veces y más intensivamente recorrió estas aguas de Norte a Sur y de Oeste a Este, fue el Capitán Cook, que desde California (adonde habían llegado antes los españoles, y luego no supieron retenerla) surco sus aguas y descubrió o reconoció múltiples islas, encontrando a la postre su muerte en Hawai. Melville va recordando en este ensayo a muchos marinos, españoles, portugueses, británicos, que navegaron ese gran océano. También habla de los peces, de las aves que lo pueblan, incluso de animales legendarios que permanecen en el imaginario colectivo de los marinos. Las islas...¿qué decir de las islas polinesias? Sandwich, Fidji, Marquesas...y de sus habitantes, generalmente pacíficos y primitivamente afectuosos...salvo cuando decidían que el visitante era un espléndido manjar. La Polinesia es un espacio espléndido para todo aquel que desee huir del mundanal ruido, afirma Melville, pero -insiste- fíjense muy bien donde se asientan y cual es la reacción de los nativos.



El tercer texto es menos viajero, si bien es resultado de un viaje, el que hizo a Roma hacia 1849. Se explaya Melville en su admiración por la Ciudad Eterna y la increíble población pétrea que la ocupa. Esculturas por doquier, enteras o cuarteadas, de procedencia griega o romana, o bien de corte renacentista y  barroco. Como lo haría Stendhal entre los años 30 y 40, (que por bien poco podrían haberse encontrado) o Goethe, mucho antes, hacia 1786, Melville recorre boquiabierto, entusiasmado y emocionado, el enorme museo que es la propia ciudad de Roma. Tras afirmar su derecho a emitir valoraciones estéticas  sin ser entendido ni especialista, nos dice:  "hablaré de las sensaciones que se produjeron en mi mente  al admirar una obra de arte como quien admira una violeta o una nube, y aprueba o condena según el sentimiento que despierte en su alma."

Julio César, Tito Vespasiano, Demostenes, Sócrates, Séneca (del que le impresiona su aflicción), Nerón, Platón (del que le llama la atención su bien aliñado aspecto, quizás pensando que un filósofo de su talla no estaba para preocuparse por la túnica o el peinado...) de todos esos retratos de personajes históricos hace comentarios, (algunos mordaces), "las estatuas confiesan y expresan mucho de lo que no aparece en la Historia y en la obra escrita de aquellos a quienes representan" y asimismo destaca que "los mismos rasgos se reflejan en nosotros igual que se reflejaron en ellos; aquello en lo que consiste el carácter humano  es idéntico ahora que antes".

Pasando ya a las estatuas que no son retratos, sino símbolos mitológicos, le resulta impactante ("hay algo divino en ella..") el magnífico Apolo del Belvedere, estatua griega de autoría desconocida, redescubierta en Roma en el Renacimiento. Comparándola con la Venus de Medici, que conjuga bien lo ideal y lo real, esta es toda ideal, para Melville. Pero si Apolo es la perfección y Venus la belleza, ante el grupo del Laocoonte siente que este encarna la tragedia humana. Merece atención para el escritor las esculturas de caballos, el famoso grupo de Castor y Polux, por ejemplo. Ensalza también la majestuosidad del Moisés de Miguel Ángel y lo compara con el Hércules Farnesio. Luego habla de las villas que rodean la ciudad, llenas de esculturas. En general, lo que le transmiten a Melville todos estos ciudadanos de piedra es una calma y una paz enormes, así como una sensación de eternidad: "han cambiado los gobiernos; han caído los imperios -nos dice- han desaparecido naciones, pero estos mármoles mudos permanecen, como oráculos del tiempo, para mostrar la perfección del arte." Amén.




Ariodante

Marzo 2014

Etiquetas

 Mis Reseñas (1) Antología (3) Anuncios y Notas (1) arqueologico (1) arte (1) Artículos literarios (2) Articulos viajes (1) autobiografía (6) Cartas (2) ciencia ficción (1) Clásicos (1) Comentarios Artísticos (8) Comentarios Cinéfilos (11) Comentarios Cotidianos (7) Comentarios especiales (9) Comentarios Literarios (5) Comentarios Nostálgicos (6) comentarios poéticos (3) Comic (1) Cómic (2) Conferencias (1) cuento (2) cuentos (1) Cuentos Ilustrados (1) Drama (1) ensayo (11) Ensayo arte (1) Ensayo biografico (14) Ensayo de arte (1) ensayo histórico (7) Ensayo literario (6) Ensayo Viajes (1) Ensayos arte (1) Entrevistas (2) Eventos (33) Eventos artísticos (2) Eventos Literarios (35) libro ilustrado (2) Libros de viajes (3) literatura viajes (3) lliteratura de viajes (1) Memorias (5) Microrrelatos (2) Mis lecturas (9) Mis Reseñas (530) mitologia (1) mitología (2) naval (2) Notas (1) Novela (80) novela aventuras (14) Novela biográfica (6) novela ciencia ficcion (1) novela corta (19) novela de viajes (2) novela decimonónica (7) novela del oeste (3) Novela épica (2) Novela espías (3) novela fantastica (2) novela fantástica (5) novela historica (38) Novela histórica (33) Novela histórica naval (19) novela intriga (20) novela japonesa (2) Novela polciaca (8) Novela policiaca (5) novela psicológica (1) Otros (1) POESIA (1) poesía (4) policiaca (1) Recomendaciones literarias (2) Reflexiones literarias (1) Relato (8) relato histórico (2) relato mitologico (2) relatos (12) Relatos Oeste (1) Relatos. (18) Relatos.  Mis Reseñas (3) Reportaje (3) reportaje biográfico (2) reportaje viajes (3) reseñas (1) Reseñas (1) Teatro (1) Textos Memorables (4) Thriller (6) Western (7)

Seguidores

Archivo del blog