19/4/13

ABRIENDO PUERTAS A LOS REYES


EL CERRAJERO DEL REY

MARIA JOSÉ RUBIO

La esfera de los libros, 2012

Por lo pronto, nos encontramos ante un libro de empaque: seiscientas y pico páginas ambientadas en la primera mitad del dieciocho en España. Siglo de las luces, el dieciocho no ha sido muy solicitado como marco para escribir novelas en la actualidad: parece que la antigüedad egipcia, griega y romana, así como el Medioevo, atraen a los novelistas históricos por su lejanía y oscuridad, que aparentemente se prestan más a la novelación que los siglos más cercanos, de los que abundamos en datos. Incluso el Siglo de Oro tiene bastantes adeptos. Pero el XVIII, pese a ser de las luces, parece bastante oscuro en cuanto a literatura histórica española se refiere.

Por otra parte, la etapa elegida es la del reinado del primer Borbón…y la del segundo. Época de transición: cambio de dinastía, de modos, estrategias y personajes. Así mismo, hay cambios sociales que paulatinamente emergen como icebergs. Las investigaciones científicas, mezcladas con la alquimia y magia, producen descubrimientos que configurarán la naciente sociedad industrial, de la que España, por razones que podremos colegir de este texto, quedará a la cola del progreso. También contempla la narración la transición entre dos reinados, ambos dominados por féminas, mientras que los dos reyes, Felipe V y Fernando VI son hombres débiles de carácter, que se abandonan a la melancolía o a la caza, quedando, pues, el gobierno en manos de las reinas …y de los poderosos secretarios de Estado. Mientras que el gobierno de la farnesina se inclina hacia Italia y Francia, el de Brabanza lo hace hacia Portugal e Inglaterra. Se quiere modernizar el país, cambiar la austeridad austríaca por la elegancia francesa e italiana, pero intervienen muchos intereses de por medio y la cosas quedan en incierto equilibrio. Entre los hechos destacables, está el intento de dar un impulso a las artes plásticas creando la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. La relación de artesanos y artistas fluye como un torrente a lo largo de la narración.  Toda una tropa al servicio de unos reyes que quieren cambiar la imagen de austeridad austríaca por una más festiva y alegre, francesa e italiana: construyen el palacio y los jardines de la Granja, en Segovia, y remozan el palacio y los jardines de Aranjuez.

Este conjunto se nos presenta principalmente bajo la óptica de un personaje histórico, real, Francisco Barranco, un maestro cerrajero. ¿Qué pinta un cerrajero, un artesano, en la corte? No pinta: abre y cierra puertas. Y con las puertas, secretos. Es una magnífica imagen la elegida para servir de símbolo de unos tiempos llenos de intrigas y sociedades secretas. Y también la excusa para entrar en la corte sin ser cortesano, y para contarnos las vidas de los reyes y de los principales protagonistas de ese medio siglo en Madrid.  Hay, pues, otros muchos personajes en la novela, la mayoría históricos: con este texto, la autora se inclina claramente hacia la historia novelada. La ficción alterna con largos tramos de reportaje histórico.

Hay ficción, desde luego, centrada en la biografía cotidiana de Francisco, el aprendizaje en la fragua de José de Flores, así como en la parte personal del protagonista, amigos, enemigos y amores, y la enconada búsqueda de una fórmula magistral del acero. La autora propone asimismo un personaje femenino, también histórico: la condesa de Valdeparaíso, dama al servicio de Bárbara de Braganza, que junto a Miguel de Goyeneche nos sumerge de lleno en las intrigas de la corte. A su vez, desfilan como secundarios históricos las parejas reales y sus hijos, los músicos Scarlatti y Farinelli, empresarios como la familia Goyeneche, los secretarios de estado/ministros como Patiño, Carvajal, el marqués de la Ensenada; arquitectos como Sacchetti y Bonavía …

Pero además del desfile de personajes históricos relevantes, a lo largo de esa primera mitad del siglo ocurren muchos hechos importantes, además del incendio del Alcázar y la construcción del Palacio Real: el terremoto de Lisboa, que se siente incluso en Madrid, la creación de la primera escuela de Bellas Artes, la de San Fernando; la modernización de los astilleros y creación de una Armada potente; la reorganización del ejército; la modernización de la administración, etc. En el transcurso de la narración, el terrible incendio y destrucción del Alcázar real, descrito magníficamente por la autora, ejerce como un eje simbólico (el cambio de una dinastía por otra) alrededor del cual gira la novela. Ese suceso conlleva su reedificación, siguiendo la construcción del  palacio real el curso de todo el texto, incidiendo en él a veces o simplemente, como telón de fondo.
Espacio principal de la acción: Madrid, con unos capítulos en Sevilla, cuando los reyes  desplazan allí la corte durante unos años. En esos espacios se mueve nuestro cerrajero, la condesa y Goyeneche, los cerrajeros Pedro y Sebastián de Flores, a quien habría que sumar otro personaje, proveniente del mundo de la farándula y el teatro, Pedro Castro, cuya amistad con el protagonista le lleva de la mano para entrar en otros mundos. 

El protagonista es un artesano con aspiraciones, pero artesano y por tanto perteneciente a una clase inferior, ajeno a la nobleza, aunque la autora lo presenta como hijo de hidalgo venido a menos por desgracias de la vida.  A veces resulta un tanto forzada su relación con los aristócratas y el mundo de las altas esferas palatinas. Un cerrajero real que tiene la opción de abrir todas las puertas de palacio es un plato muy gustoso para los que manejan las intrigas y el espionaje político, por tanto es en cierto modo verosímil que le halaguen y le atraigan, dejándole en la cuneta cuando ya no les sirve, pero en algunos momentos tenemos la impresión de que se violenta un poco una relación que es difícil de asimilar: por ejemplo, la reunión casi conspiratoria en casa de Goyeneche o la impensable relación entre la condesa y Francisco. La trama de ficción desarrolla la tensión de Francisco entre las dos mujeres que ama, la que desea y la que tiene. La que comparte su estatus real y la que personifica el estatus al que desearía acceder. También la ficción muestra la lucha contra su enemigo y competidor visceral, el ex compañero de fragua Félix Monsonio, un malvado que cumple el papel de tensar las cuerdas y tener al lector atento a sus fatales movimientos. Si añadimos a todo ello una subtrama en la que se trata de encontrar la fórmula de conseguir el acero perfecto, recurriendo a tratados alquímicos y a fórmulas magistrales de los gremios herreros, mezclado con intrigas de espionaje político e industrial, tenemos un buen potaje hirviendo en el fuego.
El libro se lee de modo que interesa y entretiene, aunque el ritmo es sincopado,  la acción puramente novelesca se ve entrecortada por la narración histórica, que, si bien marca las pautas generales donde se desarrolla la ficción, ralentiza mucho su seguimiento; supone un punto y aparte. En cuanto al estilo, es correcto, aunque quizás en algunos casos haya términos o conceptos demasiado contemporáneos, no de la época en que nos sitúa, sobre todo en los tramos puramente históricos, en los que quizás la profesión de la autora aflore inconscientemente y utilice un discurso más cercano al ensayo.

Ariodante


Web de Maria José Rubio: http://www.mariajoserubio.com/biografia/



4 comentarios:

Iñigo Pereyra dijo...

Estupenda reseña. Me da la impresión de que son demasiadas páginas y que el resultado no resulta el apetecido para un lector medio de novela histórica.

Fuensanta Niñirola dijo...

Gracias. No lo creas, mi la lectura no se me hizo pesada en ningún momento. Porque me interesaba mucho esa época, de la que desconocía casi todo. Para aquel lector que solo busque acción, quizá sí le resulte poco entretenida. No sé si es ti caso.

Iñigo Pereyra dijo...

La verdad es que cada vez tengo más cuidado con las novelas históricas. Me ha llevado grandes decepciones. Así que sigo muy de cerca las reseñas de los hislibreños y me dejo llevar muy a menudo por sus consejos.

Fuensanta Niñirola dijo...

Es una buena costumbre (me refiero a lo de consultar Hislibris). Hay sobresaturación de publicaciones bajo la clasificación de "novela histórica" y, la verdad, ni todas lo son, ni todas son productos acertados.

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